En este video, reflexiono sobre mi enfoque de la psicología, contrastando el psicoanálisis tradicional con mi propia «psicología del ser». Durante muchos años, he debatido internamente sobre la validez de las enseñanzas que recibí en mi formación psicoanalítica, particularmente en relación con el concepto del inconsciente. Según el psicoanálisis clásico, el inconsciente está compuesto de deseos e impulsos reprimidos, especialmente de índole sexual, que no pueden ser satisfechos debido a las restricciones de la realidad. Sin embargo, tras años de reflexión, llegué a la conclusión de que esta visión es limitada.
Para mí, el inconsciente no se trata solo de deseos reprimidos. En lugar de eso, considero que en nuestra naturaleza hay una estructura mucho más compleja y profunda, a la que llamo «ser». Esta estructura incluye no solo impulsos, sino todo aquello que necesitamos desarrollar en nuestra relación con el mundo para convertirnos en seres completos, libres y responsables. Reprimimos parte de esa estructura cuando no podemos realizarla en nuestra conexión con el entorno.
Critico la visión reduccionista que enfocaba los problemas humanos exclusivamente en la insatisfacción sexual, como en los primeros días del psicoanálisis, cuando los psiquiatras trataban a las mujeres con problemas de histeria a través de métodos tan absurdos como la masturbación. Freud, aunque revolucionario, no abarcó todo el espectro de la complejidad humana en sus teorías sobre la neurosis. Propongo que el inconsciente contiene más que impulsos reprimidos, y que incluye nuestra necesidad de desarrollarnos plenamente en el mundo. Al final, invito a un debate abierto sobre estas ideas, pues creo que en la búsqueda de la verdad es fundamental cuestionar incluso las teorías más establecidas.