El hombre moderno del siglo XXI es un hombre triste. Creo que esto se debe a que hemos sustituido las relaciones profundas por el placer. La sociedad actual nos ofrece placer a raudales, pero no nos ofrece la oportunidad de conectar con otros seres humanos de forma profunda.
Esto se ve reflejado en el hecho de que cada vez más personas pasan tiempo solas, frente a sus pantallas. En una sesión con un paciente, este me habló de una tristeza profunda que sentía. Este paciente había avanzado mucho en su terapia y estaba en una fase depresiva. La depresión es una fase en la que somos capaces de conectar con nuestra tristeza y con aquello que nos falta en la vida. El paciente me dijo que sentía que le faltaba la comunicación profunda. Creo que todos estamos hechos para la comunicación profunda. Nuestra alma se muere de tristeza y de soledad si no podemos comunicarnos con otros seres humanos. La sociedad actual nos ha convertido en individuos aislados. Cada uno se apaña como puede. El hombre moderno ha conquistado el mundo, pero también se ha perdido a sí mismo.
La solución a esta tristeza profunda es la comunicación profunda. Necesitamos encontrar personas con las que podamos compartir nuestros sentimientos, nuestras inquietudes, nuestros problemas, nuestras esperanzas y nuestros temores. Necesitamos sentir la presencia del otro, sentir el amor del otro, sentir la compañía del otro.
Solo así podremos transformarnos en verdaderos seres humanos y transformar el mundo. Solo así podremos superar la tristeza y la soledad que nos aquejan.
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