A parte del trabajo de interpretación de los sueños, con todos los conocimientos que esto requiere, una de las cosas que más me intriga y que seguiré investigando de modo atento y constante, es de qué manera nuestro cerebro y nuestra mente son capaces de trasformar la inquietudes más intensas de nuestro interior en una especie de obra de teatro o de película donde diferentes personajes y situaciones nos hablan de nuestra vida y expresan los deseos del Ser más profundo así como nuestra situación en el mundo como seres conflictivos y contradictorios con amor y odio, con vida y con muerte, con pasiones y frustraciones, con placer y felicidad.
¿Qué somos más allá de nuestros sentidos, de nuestra relación consciente con el mundo, de nuestra lucha por sobrevivir y vivir? ¿Qué alma está ya en nuestro ADN que puede germinar y crecer en los procesos de crecimiento y maduración, en las relaciones con la naturaleza y semejantes, y en todas las vicisitudes de nuestra vida? La capacidad de trascendernos a nosotros mismos es enorme. Los sueños, desnudos de los sentidos y la conciencia, probablemente nos acercan a un universo humano todavía con grandes incógnitas.