Existe en la evolución una complejidad, emergencia e inquietud que empuja hacia niveles de Ser cada vez más densos e integrados.
También en nosotros está presente esta voluntad e inquietud. Es la voluntad de Ser que desde la profundidad necesita ser elevada a otros niveles más altos.
Es una inquietud que no cesa y que nos llama, nos empuja a un trabajo mental cada día renovado.
Este esfuerzo es muy necesario pues de el depende el crecimiento de lo humano en nosotros y nuestro propio equilibrio aunque este, siempre, sea provisional e inestable
Nuestra convivencia en sociedad será tanto más rica, respetuosa y sana cuanto más capaces seamos de esa evolución, emergencia y complejidad que desde la inquietud fundamental se nos reclama.
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